
Cuando los nenúfares cierran sus labios con un suspiro, un jardín de tonalidades cromáticas luce todo su esplendor. En ese momemto se vuelven a encontrar los dos grandes enamorados: el día y la noche.Entonces, el cruel firmamento despliega todo su poder y la oscuridad, a veces callada otras brillantes, comienza su reinado. La tristeza la embarga y empieza a declinar poco apoco hacia un nuevo punto de fusión: el alba.
3 comentarios:
Impecable prosa llena de metáforas y bellas imágenes, Irene.
Te felicito, el blog te ha quedado precioso.
Besos. Mary.
Es un texto muy bonito, felicidades.
Gracias por pasar por mi blog. Veo que el tuyo acaba de empezar, me quedo a ver que tal! Esta entrada me gustó.
Saludos.
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