jueves, 24 de junio de 2010


Mi vida era dichosa. Terminados los exámenes, el verano se presentaba luminoso; sin embargo surgió una chica que me condujo a mi primer túnel. Quise despertar, ver la luz. Anhelaba vocablos, antes fluidos, ahora pobres. Una nube los sacudía dispersándolos. Corrí para atraparlos; al fin los amontoné en uno sólo: amor. Del cántaro de la vida volvió a brotar agua que diluía poco a poco mi agitada pubertad.

5 comentarios:

María Bote dijo...

Como sienpre, precioso tu relato, querida Paz.

Felicidades y, te felicito también por agregar a tu blog la bella PALOMA DE LA PAZ a ver si, de una vez por todas, a su conjuro y a nuestros deseos, se acaban las guerras para siempre.
Besos. Mary.

Victoriana Díaz dijo...

Paz que ese amor que derrocha tu relato sea próspero en tu vida.
Hasta pronto amiga

L. Gispert dijo...

Estupendo relato, amiga Paz, hermoso, sólido.

Besos.
Luis.

María Eleonor Prado Mödinger dijo...

Un trabajo es éste muy particular, vas de la sencillez de un relato sin mayores pretensiones en su inicio, a solidificar a boca de tarro un ambiente precioso, una fuga casi inesperada de un devenir que te marca un antes y un después; un antes despreocupado aparentemente a una sutil despedida de un vivir esa etapa a concho, ahora más madura y a fin con tus inclinaciones, así la entendí.

Un placer seguirte

Carmendy dijo...

Del cántaro de la vida volvió a brotar agua...
Precioso, amiga Paz,me encantan tus relatos breves pero, intensos y llenos de sensualidad...
Besitos y abracitos en la noche.Carmendy

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